miércoles, 17 de septiembre de 2014

Schopenhauer y Kierkegaard

SCHOPENHAUER:


(Danzig, actual Gdansk, Polonia, 1788-Frankfurt, Alemania, 1860) Filósofo alemán. Fue hijo de un rico comerciante que se trasladó con su familia a Hamburgo cuando Danzig cayó en manos de los prusianos en 1793. Su madre fue una escritora que llegó a gozar de cierta fama, y aunque el Schopenhauer maduro no tuvo buenas relaciones con ella, el salón literario que fundó en Weimar proporcionó al filósofo la ocasión de entrar en contacto con personalidades como Goethe.
En 1805 inició, contra sus deseos, una carrera comercial como aprendiz por voluntad de su padre; la muerte de éste (al parecer, por suicidio) le permitió prepararse para los estudios superiores e ingresó en la Universidad de Gotinga como estudiante de medicina en 1809.


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Las campañas napoleónicas le brindaron la ocasión de retirarse a Rudolfstadt, donde preparó su tesis tituladla cuádruple raíz del principio de razón suficiente que le valió el título de doctor por la Universidad de Jena y que fue publicada en 1813. Regresó después a Weimar, donde se relacionó estrechamente con Goethe y fue introducido por F. Mayer en la antigua filosofía hindú, uno de los pilares, junto con Platón y Kant, del que había de ser su propio sistema filosófico.
Éste quedó definitivamente expuesto en su obra El mundo como voluntad y representación. La realidad auténtica corresponde a un principio que Schopenhauer denominó voluntad, de la cual el mundo como representación es su manifestación; el sistema se completa con una ética y una estética. Cuando el individuo, enfrentado al mundo como representación, se pregunta por lo que se encuentra tras las apariencias, obtiene la respuesta como resultado de su experiencia interna, en lo que se conoce como voluntad; pero la irracionalidad de ésta, su condición de afán de vida perpetuamente insatisfecho, produce una insatisfacción que la conciencia sólo puede suprimir a través de una serie de fases que conducen a la negación consciente de la voluntad de vivir.
La influencia de Kant en el sistema es clara: el mundo fenoménico corresponde a la representación, mientras que la voluntad constituye la verdadera naturaleza del nóumeno, según Schopenhauer, pues la esencia de éste es descubierta por el hombre dentro de sí mismo como impulso irracional, vital.
El filósofo confiaba en un reconocimiento inmediato de la importancia de su obra, pero ésta no suscitó demasiada atención, aunque sí le ayudó a obtener en 1820, tras un viaje a Italia, la condición de docente en la Universidad de Berlín. Allí trató en vano de competir con Hegel, a la sazón en la cumbre de su popularidad, para lo que anunció sus cursos a la misma hora que los de aquél, al que consideró abiertamente como su adversario. Pero no tuvo éxito; en 1825, después de un nuevo viaje a Italia y un año de enfermedad en Munich, renunció a la carrera universitaria.
Vivió a partir de entonces y hasta su muerte una existencia recluida, que desde 1831 transcurrió en Frankfurt, adonde se trasladó huyendo del cólera que ese mismo año llevó a la tumba a Hegel. Tras la segunda edición (1844) de su obra principal, considerablemente aumentada con cincuenta nuevos capítulos, empezó a ser conocido merced a una colección de ensayos y aforismos publicada en 1851. En el clima intelectual creado después de la revolución de 1848, su filosofía alcanzó finalmente reconocimiento internacional y ejerció una considerable influencia sobre pensadores como Friedrich Nietzsche.

PENSAMIENTO


HOMBRE:

Hasta ahora en el desarrollo del curso, hemos venido tratando siempre la pregunta por el hombre. Y es que el hombre, posee una característica inigualable, ya que no está unido necesariamente al acontecer natural, sino que debe enfrentarse con la realidad para hacer su vida de un modo autentico y responsable. De ahí nace la aspiración de la pregunta por el fundamento y el sentido del mundo en que está situado.
Surge así la problemática filosófica de los primeros pensadores griegos, acerca del principio de todas las cosas en el universo. Esta pregunta señala la tarea que incumbe al pensamiento filosófico de todos los tiempos: interrogar a todas las cosas por su principio, poder llegar al fundamento de lo existente. Pero esa pregunta se plantea desde el hombre y en razón del hombre: se busca analizar y entender, la realidad toda en la que el hombre vive, para luego conocer su lugar y misión en esa totalidad del ser. Independientemente de la manera en que la pregunta se formula y se responde, constituye siempre una afirmación acerca del propio hombre y de la manera como se entiende a sí mismo en su mundo, en la historia y en el conjunto de la realidad.

DIOS: 

La admiración de Schopenhauer por todas las formas de ascetismo y misticismo es enormemente fuerte. En cierta forma, su filosofía es la antesala de la mística, como él mismo a veces se da cuenta. Sin embargo, con la misma fuerza con la que admira a místicos y ascetas rechaza las religiones sistematizadas socialmente, a las que llama "metafísica para el pueblo". Es esta misma consideración por las religiones en estado puro la que le lleva a citar varias veces textos hindúes, budistas y cristianos así como a rechazar al mismo tiempo catolicismo, protestantismo, judaísmo, Islam, y cualquier otro tipo de religión "social". Para Schopenhauer la conquista del mundo incluso nunca fue el objetivo de la religión cristiana, sino que el cristianismo no acabó de triunfar ante los antiguos dogmas judíos "este objetivo determinante no es, ni tan siquiera una vez, el auténtico cristianismo del Nuevo Testamento, ni tampoco su espíritu, puesto que es para ellos demasiado elevado, demasiado etéreo, demasiado excéntrico, excesivamente no de este mundo y, por tanto, demasiado pesimista, completamente inapropiado para la apoteosis del Estado, sino que se trata simplemente del judaísmo, la doctrina de que el mundo ha recibido su existencia de un ser personal y muy superior, algo que, por tanto, es también el más encantador y en donde todas los cosas son hermosísimas."

MUNDO: 

O presente estado sobre a Filosofía da Naturaleza busca analizar o pensamiento cosmológico-estético do filósofo Arthur Schopenhauer, observando tanto a forma lingüística utilizada en su obra, carrejada de metáfora musical, quinto à quisto trágica que a existencia carrera en la  cosmología. Para Schopenhauer, a naturaleza é un campo de batallas, donde a vida e a norte guerreaban perpetuamente con violencia.

CONOCIMIENTO: 

El artífice principal de la voluntad como principio y fundamento último de la realidad en la filosofía moderna, llevándolo a su máxima radicalidad, ha sido Schopenhauer, hasta tal punto, que a partir de él se ha producido una verdadera inversión en la filosofía occidental. Así lo ha visto Ruiz-Werner: “Un componente de particular influencia en la filosofía de Schopenhauer es su insistencia sobre el primado de la voluntad en oposición a la razón. Aquí hay un viraje radical en relación con la tendencia predominante en la cultura occidental, que desde los griegos había tenido un marcado matiz intelectualista. A lo largo de la historia hubo sin duda intentos de recalcar el factor de la voluntad a expensas del conocimiento, pero hasta Schopenhauer no se había afirmado de manera clara y taxativa la supremacía absoluta de la voluntad en el plano metafísico”. Schopenhauer fue consciente de las consecuencias que su planteamiento produjo en el pensamiento de la filosofía occidental, al afirmar con su habitual presunción: “Yo soy el primero que he reivindicado para la voluntad la primacía que le pertenece, transformando así todo el dominio de la filosofía”
KIERKEGAARD:
BIOGRAFIA 

(Copenhague, 1813-id., 1855) Filósofo danés. Hijo del segundo matrimonio de un acaudalado comerciante de estricta religiosidad, era el menor de siete hermanos. Jorobado de nacimiento, la opresiva educación religiosa que vivió en la casa paterna está en la base de su temperamento angustiado y su atormentada religiosidad, origen de numerosas crisis. Sin embargo, de puertas afuera mantuvo una disipada vida social, en la que se distinguía por la brillantez de su ironía y su sentido del humor.

Sören Kierkegaard
Sin razón aparente, renunció a su compromiso con Regina Olsen cuando estaban a punto de casarse, en 1841, al parecer a causa de una nueva crisis que le empujó a abrazar una vida religiosa, en el peculiar sentido que ello tenía para él. Sin embargo, antes de defender la fe como la única vía para evitar la caída en la desesperación, los primeros escritos de Kierkegaard trataban de los dos estadios previos de la existencia humana, según la teoría de los tres estadios que propuso en O lo uno o lo otro, que guarda cierto paralelo con su propia existencia; distinguió, en este sentido, el estadio estético y el ético, que se completarían con el ya mencionado estadio religioso. Escribió con seudónimo los libros en que reconstruía el discurso del esteta, y también los que dedicó al estadio ético.
Sólo cuando entró en la fase del estadio religioso, a partir del año 1848, abandonó el uso de seudónimos. Éstos no respondían a la voluntad de ocultar su identidad, sino a la intención de dar a cada personaje un nombre y apellido propios (Victor Eremita, Nicolaus Notabene, Johannes Climacus, Johannes de Silentio, Constantin Constantinus...) con los cuales caricaturizar una de las múltiples formas en que los hombres resuelven su existencia. El esteta sería aquel individuo que, angustiado ante la imposibilidad de determinar por sí mismo la buena dirección de su propia vida, suspendiese las decisiones para evitar equivocarse: nada es preferible excepto si produce placer. Por eso, el esteta acabará dedicando toda su vida a encontrar la fórmula en que haya quedado absolutamente desterrada la angustia. Esta figura encuentra su mejor ejemplo en Diario de un seductor, donde el goce de la vida como momentos aislados de placer es lo único que guía al protagonista.
El hombre ético, en cambio, confía en que, al contrario, su razón le proporcione los elementos necesarios y suficientes para evaluar en cada momento la oportunidad de sus actos y, con ello, guiar rectamente el curso de su vida; sin embargo, y en abierta oposición a Hegel, para Kierkegaard esta figura queda atrapada en el espacio mediocre y alienante de lo público, el concepto compartido, nivelador, en el que desaparece el individuo.
Por último, el religioso albergará en sí mismo la tensión entre los dos estadios anteriores; sentirá la dificultad para actuar, pero a la desesperación opondrá no su razón, sino la pasión que el esteta derrochaba en las gestas amorosas, empleada ahora en sentir hasta el final su temor a equivocarse, mientras no puede por menos que actuar. Instalado en el absurdo de la existencia y en la angustia radical de la aspiración a la eternidad, el religioso afirma únicamente su fe, y a través de ella su propia y radical singularidad.
Kierkegaard abordó la temática religiosa de un modo heterodoxo, ya que no indagó en la naturaleza de la fe desde la premisa de la existencia de Dios sino desde la subjetividad del individuo, que, a través del inevitable ejercicio de su libertad, ve en el sentimiento religioso la única forma de vivir una existencia digna, no tanto a los ojos de Dios como a los suyos propios. Además de su prolijidad, lo que hace notable al filósofo es la originalidad de su trabajo, muy próximo a algunas de las corrientes filosóficas más relevantes del siglo por venir, sobre todo el existencialismo.
PENSAMIENTO 

HOMBRE: Pensamos en un cliente “Kirekegaardiano” que acude a una primera entrevista narrando
Una existencia basada en la inmediatez y la estética, (que es el punto inicial de todo hombre
Según Kierkegaard) careciendo de profundidad, compromiso y trascendencia e “inundado”
De superficialidad, de lo corporal, lo temporal, lo finito y lo necesario. El esteta vive la vida
Como placer, está privado de un contenido real, no se ha elegido nunca a sí mismo en la
Realidad, nunca se saca su máscara, es enigmático quedando prisionero de su enigma. Así
Pierde su libertad dejando de decidir. La persona que elige éste camino busca la variedad y
La novedad para evitar el aburrimiento pero llegado el momento, debe enfrentarse a él y a la
Desesperación que ese aburrimiento le produce. (Estadio estético – escala en el ser personal
De la existencia).

DIOS:
“La raza humana tiene el notable rasgo de que, precisamente porque cada individuo está creado a imagen de Dios, el individuo único es superior a la especie. Eso se puede tomar en vano o usarse horriblemente mal, lo concedo. Pero eso es cristianismo. Y ahí es donde hay que dar la batalla.” 

No podía entender al ser humano como un número o simplemente inmerso en la multitud, pues eso podría llevarle a que evadiera completamente su responsabilidad como individuo.
Para Kierkegaard, “a Dios tenemos que acercarnos uno por uno, como individuos, no en masa.” Fue un pensador religioso apasionado, atormentado y angustiado. Su compromiso con Jesús de Nazaret lo convirtió en disidente de la iglesia oficial de Dinamarca. En sus escritos en los que usaba seudónimos, manifestaba su disidencia una y otra vez contra la iglesia constituida y oficial. No quería que se acomodara al mundo. Pedía al clero que reconociera que lo que predicaba nada tenía que ver con el modelo dejado por Cristo y que por eso dejaban de ser sus discípulos incondicionales. Exigió siempre que se distinguiera entre el cristianismo y la cristiandad y exhortó a las gentes a que se separaran de una iglesia que no era la del Nuevo Testamento. Si Jesús de Nazaret suscita siempre disidentes, entonces Kierkegaard resulta ser todo un fiel discípulo suyo.

MUNDO: En primer lugar debe ser considerado el significado de la vida de Kierkegaard para su obra. Acto seguido he de esbozar la posición de Kierkegaard en la historia de la filosofía. A este intento deseo agregar algunas anotaciones sobre la importancia fundamental del pensador objeto de mi presentación. En conexión con ello habrán de extraerse los lineamientos principales de la obra literaria de Kierkegaard. Finalmente habremos de ponernos de acuerdo sobre la relación entre pensar y creer, entre filosofía y teología en Kierkegaard. Al final, deberá ser dicha una última palabra sobre los límites del pensamiento a esbozar aquí.

CONOCIMIENTO: para Kierkegaard la teoría del conocimiento radicaba en que: " el mal es la nada, la opción por la nada, el no ejercer la propia libertad, el quedarse distraído con los placeres, con el divertimento, con lo mundano. El mal es quedarse sólo en un deber humano, en lo que hay que hacer según una ética de los hombres. Por eso la necesidad del salto, el mal es no constituirse como persona frente a Dios, no confirmar la propia existencia.
En cierta forma, al pensar el hombre como síntesis de nada y absoluto, Kierkegaard está pensando un maniqueísmo. La nada y el absoluto son en alguna medida dos principios opuestos en el hombre. La diferencia radica en que el hombre cuenta con una voluntad, con una libertad que lo lleva a la angustia y a la desesperación o a la redención. Está en el hombre definirse por alguno de esos –llamémosle – principios. Si el hombre ignora el llamado de lo absoluto, sentirá angustia y más adelante desesperación. Si el hombre se da cuenta de su situación, entonces y sólo entonces realizará el salto y vivirá en la vía religiosa.

De esta manera, combatir el mal es ser más fuerte que esa nada, es llenar con la fe esa muestra de lo absoluto que tenemos en nosotros que es la angustia. Y con este concepto, la libertad cobra un valor gigantesco porque es ella misma la que nos puede hacer avanzar en los estadios de la vida: nos puede hacer escalar del simple estado hedonista, de ese estado de animales, al de la fe, al religioso. Y es notable que la base de la salvación del hombre radica en el hecho de elegir, no cualquier cosa sino esto o aquello con compromiso, porque cada acto nos constituye, cada acto nos hace quedarnos o no en estadios inferiores, nos hace avanzar hasta los brazos de Dios".

KIERKEGAARD:

(Copenhague, 1813-id., 1855) Filósofo danés. Hijo del segundo matrimonio de un acaudalado comerciante de estricta religiosidad, era el menor de siete hermanos. Jorobado de nacimiento, la opresiva educación religiosa que vivió en la casa paterna está en la base de su temperamento angustiado y su atormentada religiosidad, origen de numerosas crisis. Sin embargo, de puertas afuera mantuvo una disipada vida social, en la que se distinguía por la brillantez de su ironía y su sentido del humor.
 
Sören Kierkegaard
Sin razón aparente, renunció a su compromiso con Regina Olsen cuando estaban a punto de casarse, en 1841, al parecer a causa de una nueva crisis que le empujó a abrazar una vida religiosa, en el peculiar sentido que ello tenía para él. Sin embargo, antes de defender la fe como la única vía para evitar la caída en la desesperación, los primeros escritos de Kierkegaard trataban de los dos estadios previos de la existencia humana, según la teoría de los tres estadios que propuso en O lo uno o lo otro, que guarda cierto paralelo con su propia existencia; distinguió, en este sentido, el estadio estético y el ético, que se completarían con el ya mencionado estadio religioso. Escribió con seudónimo los libros en que reconstruía el discurso del esteta, y también los que dedicó al estadio ético.
Sólo cuando entró en la fase del estadio religioso, a partir del año 1848, abandonó el uso de seudónimos. Éstos no respondían a la voluntad de ocultar su identidad, sino a la intención de dar a cada personaje un nombre y apellido propios (Victor Eremita, Nicolaus Notabene, Johannes Climacus, Johannes de Silentio, Constantin Constantinus...) con los cuales caricaturizar una de las múltiples formas en que los hombres resuelven su existencia. El esteta sería aquel individuo que, angustiado ante la imposibilidad de determinar por sí mismo la buena dirección de su propia vida, suspendiese las decisiones para evitar equivocarse: nada es preferible excepto si produce placer. Por eso, el esteta acabará dedicando toda su vida a encontrar la fórmula en que haya quedado absolutamente desterrada la angustia. Esta figura encuentra su mejor ejemplo en Diario de un seductor, donde el goce de la vida como momentos aislados de placer es lo único que guía al protagonista.
El hombre ético, en cambio, confía en que, al contrario, su razón le proporcione los elementos necesarios y suficientes para evaluar en cada momento la oportunidad de sus actos y, con ello, guiar rectamente el curso de su vida; sin embargo, y en abierta oposición a Hegel, para Kierkegaard esta figura queda atrapada en el espacio mediocre y alienante de lo público, el concepto compartido, nivelador, en el que desaparece el individuo.
Por último, el religioso albergará en sí mismo la tensión entre los dos estadios anteriores; sentirá la dificultad para actuar, pero a la desesperación opondrá no su razón, sino la pasión que el esteta derrochaba en las gestas amorosas, empleada ahora en sentir hasta el final su temor a equivocarse, mientras no puede por menos que actuar. Instalado en el absurdo de la existencia y en la angustia radical de la aspiración a la eternidad, el religioso afirma únicamente su fe, y a través de ella su propia y radical singularidad.
Kierkegaard abordó la temática religiosa de un modo heterodoxo, ya que no indagó en la naturaleza de la fe desde la premisa de la existencia de Dios sino desde la subjetividad del individuo, que, a través del inevitable ejercicio de su libertad, ve en el sentimiento religioso la única forma de vivir una existencia digna, no tanto a los ojos de Dios como a los suyos propios. Además de su prolijidad, lo que hace notable al filósofo es la originalidad de su trabajo, muy próximo a algunas de las corrientes filosóficas más relevantes del siglo por venir, sobre todo el existencialismo.

PENSAMIENTO 


HOMBRE:

 Pensamos en un cliente “Kirekegaardiano” que acude a una primera entrevista narrando
Una existencia basada en la inmediatez y la estética, (que es el punto inicial de todo hombre
Según Kierkegaard) careciendo de profundidad, compromiso y trascendencia e “inundado”
De superficialidad, de lo corporal, lo temporal, lo finito y lo necesario. El esteta vive la vida
Como placer, está privado de un contenido real, no se ha elegido nunca a sí mismo en la
Realidad, nunca se saca su máscara, es enigmático quedando prisionero de su enigma. Así
Pierde su libertad dejando de decidir. La persona que elige éste camino busca la variedad y
La novedad para evitar el aburrimiento pero llegado el momento, debe enfrentarse a él y a la
Desesperación que ese aburrimiento le produce. (Estadio estético – escala en el ser personal
De la existencia).

DIOS:

“La raza humana tiene el notable rasgo de que, precisamente porque cada individuo está creado a imagen de Dios, el individuo único es superior a la especie. Eso se puede tomar en vano o usarse horriblemente mal, lo concedo. Pero eso es cristianismo. Y ahí es donde hay que dar la batalla.” 

No podía entender al ser humano como un número o simplemente inmerso en la multitud, pues eso podría llevarle a que evadiera completamente su responsabilidad como individuo.
Para Kierkegaard, “a Dios tenemos que acercarnos uno por uno, como individuos, no en masa.” Fue un pensador religioso apasionado, atormentado y angustiado. Su compromiso con Jesús de Nazaret lo convirtió en disidente de la iglesia oficial de Dinamarca. En sus escritos en los que usaba seudónimos, manifestaba su disidencia una y otra vez contra la iglesia constituida y oficial. No quería que se acomodara al mundo. Pedía al clero que reconociera que lo que predicaba nada tenía que ver con el modelo dejado por Cristo y que por eso dejaban de ser sus discípulos incondicionales. Exigió siempre que se distinguiera entre el cristianismo y la cristiandad y exhortó a las gentes a que se separaran de una iglesia que no era la del Nuevo Testamento. Si Jesús de Nazaret suscita siempre disidentes, entonces Kierkegaard resulta ser todo un fiel discípulo suyo.

MUNDO: 

En primer lugar debe ser considerado el significado de la vida de Kierkegaard para su obra. Acto seguido he de esbozar la posición de Kierkegaard en la historia de la filosofía. A este intento deseo agregar algunas anotaciones sobre la importancia fundamental del pensador objeto de mi presentación. En conexión con ello habrán de extraerse los lineamientos principales de la obra literaria de Kierkegaard. Finalmente habremos de ponernos de acuerdo sobre la relación entre pensar y creer, entre filosofía y teología en Kierkegaard. Al final, deberá ser dicha una última palabra sobre los límites del pensamiento a esbozar aquí.

CONOCIMIENTO:

 para Kierkegaard la teoría del conocimiento radicaba en que: " el mal es la nada, la opción por la nada, el no ejercer la propia libertad, el quedarse distraído con los placeres, con el divertimento, con lo mundano. El mal es quedarse sólo en un deber humano, en lo que hay que hacer según una ética de los hombres. Por eso la necesidad del salto, el mal es no constituirse como persona frente a Dios, no confirmar la propia existencia.
En cierta forma, al pensar el hombre como síntesis de nada y absoluto, Kierkegaard está pensando un maniqueísmo. La nada y el absoluto son en alguna medida dos principios opuestos en el hombre. La diferencia radica en que el hombre cuenta con una voluntad, con una libertad que lo lleva a la angustia y a la desesperación o a la redención. Está en el hombre definirse por alguno de esos –llamémosle – principios. Si el hombre ignora el llamado de lo absoluto, sentirá angustia y más adelante desesperación. Si el hombre se da cuenta de su situación, entonces y sólo entonces realizará el salto y vivirá en la vía religiosa.
De esta manera, combatir el mal es ser más fuerte que esa nada, es llenar con la fe esa muestra de lo absoluto que tenemos en nosotros que es la angustia. Y con este concepto, la libertad cobra un valor gigantesco porque es ella misma la que nos puede hacer avanzar en los estadios de la vida: nos puede hacer escalar del simple estado hedonista, de ese estado de animales, al de la fe, al religioso. Y es notable que la base de la salvación del hombre radica en el hecho de elegir, no cualquier cosa sino esto o aquello con compromiso, porque cada acto nos constituye, cada acto nos hace quedarnos o no en estadios inferiores, nos hace avanzar hasta los brazos de Dios".

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