HUSSERL:
(Prossnitz, hoy Prostejov, actual República Checa,
1859-Friburgo, Alemania, 1938) Filósofo y lógico alemán. Nacido en el seno de
una acomodada familia judía, estudió física, matemáticas, astronomía y
filosofía en las universidades de Leipzig, Berlín y Viena. En Viena asistió a
los cursos que impartía el sociólogo Franz Brentano, quien influiría
decisivamente en su formación filosófica. A partir de 1887 fue profesor en
Halle, y en Gotinga desde 1906. En 1916 pasó a ser profesor titular de la
Universidad de Friburgo, donde ejercería la docencia hasta su jubilación, en
1928.
En sus primeros textos, como Filosofía de
la aritmética, obra publicada en 1891, analizó la génesis y el empleo de
los símbolos numéricos. Sus escritos propiamente filosóficos comenzaron con la
publicación, en 1900-1901, de Investigaciones lógicas, en la cual
polemizó con el psicologismo y con la que se abre su pensamiento más original.
Su intención era establecer una base epistemológica para la filosofía que la
convirtiera en propiamente científica, base que halló en el método que llamó
«fenomenológico» y que representa en cierta medida una modernización del trascendentalismo
kantiano.
La conciencia (el ego) es la condición de
posibilidad de cualquier conocimiento, y tiene la característica de ser
«intencional», término tomado de Brentano, según el cual la conciencia es
siempre «conciencia de algo», es decir, se refiere a un objeto. La evidencia
primera viene dada por esta aparición del objeto a la conciencia, previa a
cualquier interpretación subjetiva, y que constituye propiamente la esencia de
los objetos. En este sentido, su lema fue volver «a las cosas mismas», aunque
en realidad se refiere al objeto que aparece a la conciencia (fenómeno).
En su voluntad de resolver la clásica oposición
entre racionalismo y empirismo, lo que propone el filósofo es la superación de
una actitud naturalista y psicologista a través de un método por el cual el yo
se convierte en espectador desinteresado de sí mismo y es capaz, de este modo,
de reconstruir la estructura de la conciencia y el mundo como fenómeno que
aparece en ella. La aspiración metodológica de la fenomenología evolucionó
hacia una concepción propiamente idealista, según la cual la conciencia es lo
que funda tanto el mundo objetivo como la intersubjetividad, esto es, la
relación entre las personas, en un intento de sentar una aproximación renovada
a la vida y a la independencia moral del sujeto.
Con la llegada del nazismo al poder en 1933, fue
apartado de la docencia. Su filosofía se encuentra en la base de la llamada
«escuela fenomenológica», de la que partieron Max Scheler y Martin Heidegger, en quien vio a su legítimo
continuador, aunque las ideas de éste expuestas en Ser y tiempo motivaron
la ruptura entre ambos.
PENSAMIENTO
HOMBRE:
Husserl destaca los
tres niveles de la estructura subjetiva, el nivel pasivo sin yo, el del yo y el
crítico-evaluativo. En esta estructura de la subjetividad se basa el hecho de
que Husserl esté mucho más interesado en las éticas del sentimiento que en las
del entendimiento. Por otro lado, Husserl desarrolla un largo excurso dedicado
a las ciencias de la naturaleza y el espíritu. Su objetivo es distinguir las
ciencias de la naturaleza, que describen el ámbito en el que reina la
causalidad externa, de las ciencias del espíritu que tratan del mundo de la
cultura, de la Lebenswelt o Umwelt, donde reina la motivación. Todas las
ciencias están sometidas a normatividad propia, porque evaluamos críticamente
nuestro Mundo de la Vida (Lebenswelt) diseñando el ideal de un mundo mejor y de
una humanidad auténtica. En este diseño la ética es la fundamental y tiene
además que prestar una función ética a todas las otras ciencias. El último
número está dedicado a la exposición del diferente tratamiento que Husserl
dedica a Hume, verdadero precursor de la fenomenología, y a Kant, a quien
reconoce que ha percibido con claridad la perversión que representaba poner el
ideal ético en el placer, pero a quien reprocha que ni por su método ni por su
teoría pudo avanzar resultados valiosos. Especialmente llamativa es la
acusación de que Kant ni siquiera supo qué era el apriori, de lo que estuvo
Hume mucho más cerca.
DIOS:
Con relación a su vida
religiosa encontramos en su biografía distintos pasos que nos hablan de una evolución. Ya hemos
dicho algo de esto en su reseña biográfica.
En su niñez no practicó la religión
judía. A los 17 años leyó y se
entusiasmó con el Nuevo Testamento, explicado de acuerdo con el liberalismo
protestante, en consecuencia no admitió la divinidad de Cristo a quien sin
embargo consideró como la persona más grande e influyente de la historia
humana. A los 27 años se bautizó en la iglesia luterana.
La conversión de Edith Stein, y la
persecución nazi le acercaron cada vez más al catolicismo. Durante los últimos meses de su vida hacía
que le leyeran pasajes de los evangelios, como se indicó anteriormente, en
carta a Edith Stein le confesaba el gran peligro de haber excluido de su
pensamiento a Dios, por más que se sentía internamente ligado a Él, ante estos
hechos no cabe duda que es lógico preguntarse ¿la filosofía de Husserl había
excluido a Dios?
MUNDO:
El saber de mundo está inscrito en una cosmología. Existe diversidad de cosmologías,
las que conducen a vivencias variadas del mundo, y con ello, sabidurías
diferenciadas frente a lo que es el ordenamiento cósmico. Esas sabidurías,
lleva n a sus respectivas practicas de vida, quiere Esto decir, que alguna cosmología en particular, es
correlativa a una vivencia
Particular del
mundo de la vida? La respuesta no necesariamente es
Inmediata, ya
que, de ser así, la ciencia sería una explicación acerca del
Mundo, relativa
a la cosmología subyacente en ella, y de no serlo, como
Explicar la
diversidad cosmológica?, quizá a partir de una "evolución del
Saber
humano"? Es la intención de este capítulo, desea rollar estos
Interrogantes, y
algunas consecuencias que de ellos se pueden derivar.
En algunas
culturas, el hacerse en "común unión" con ciertas plantas,
Conduce a prácticas
y formas de saber, que conforman mundanidad.
CONOCIMIENTO:
En la
percepción, por ejemplo, se halla obviamente ante nuestros ojos una cosa; está
ella ahí, en medio de las otras cosas, de las vivas y las muertas, las animadas
y las inanimadas; es decir: en mitad de un mundo que, en parte, como las cosas
singulares, cae bajo la percepción, y, en parte, está también dado en nexos de
recuerdos, y desde ahí se extiende hacia lo indeterminado y desconocido. A este
mundo se refieren nuestros juicios. Hacemos enunciados – singulares unos, otros
universales – sobre las cosas, sus relaciones, sus cambios, sus dependencias
funcionales al variar y las leyes de estas variaciones. Expresamos lo que nos
ofrece la experiencia directa. Siguiendo los motivos de la experiencia,
inferimos lo no experimentado a partir de lo directamente experimentado (de lo
percibido y lo recordado); generalizamos y luego transferimos de nuevo el
conocimiento universal a los casos singulares, o, en el pensamiento analítico,
deducimos de conocimientos universo-les nuevas universalidades. Los
conocimientos no siguen sin más a los conocimientos como poniéndose meramente
en fila, sino que entran en relaciones lógicas los unos con los otros: se
siguen unos a partir de los otros, «concuerdan» mutuamente, se confirman – como
reforzando los unos la potencia lógica de los otros –. De otro lado, entran
también en relaciones de contradicción y de pugna: no concuerdan, son abolidos
por conocimientos seguros, rebajados al nivel de meras pretensiones de
conocimiento. Nacen las contradicciones, quizá, en la esfera de las leyes de la
forma puramente predicativa: hemos sucumbido a equívocos, hemos cometido
paralogismos, hemos contado o calculado mal.
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