MARTÍN LUTERO
Teólogo alemán que inició la Reforma protestante .Nació el 10 de noviembre de 1483 en Eisleben, en el seno
de una familia dueña de una mina. Cursó estudios en la escuela latina en
Mansfeld desde 1488 y después en Magdeburgo y luego en Eisenach. En 1501, estudia
en Erfurt con la intención de hacerse abogado. Se doctora cuatro años después.
Ingresó en el monasterio de los agustinos de Erfurt. En 1506 profesó como monje
y un año más tarde se ordenó sacerdote. En 1509 se licenció en teología y
volvió a Erfurt.
En 1510 viaja a Roma en representación de siete
monasterios agustinos. La mundanidad del clero romano lo indignó. En 1512 se
doctoró y asumió la cátedra de teología bíblica hasta su fallecimiento.
El 31 de octubre de 1517 se convirtió en una figura pública
al exponer en la puerta de la iglesia de Todos los Santos de Wittenberg sus 95
tesis o proposiciones escritas en latín contra la venta de indulgencias para la
gran obra de los papas Julio II y León X: la construcción de la basílica de San
Pedro en Roma. Rápidamente traducidas al alemán, consiguieron una amplia
difusión.
Defendía sus opiniones en debates universitarios en
Wittenberg y en otras ciudades, por lo que fue investigado por la Iglesia
romana, determinando la condena del papa León X (15 de junio de 1520) de sus
enseñanzas y su excomunión en enero de 1521. En abril de ese año, fue convocado
ante el emperador Carlos V en la Dieta de Worms, pidiéndosele que se retractase
ante las autoridades seculares y eclesiásticas allí reunidas. Se negó asegurando
que para hacerlo tendrían que convencerlo con las Escrituras y la razón. El
emperador lo condenó, pero el elector Federico el Sabio lo recluyó en su
castillo (Wartburg), donde emprendió su traducción del Nuevo Testamento del
original griego al alemán.
Los desórdenes provocados en Wittenberg por sus
seguidores lo obligaron a volver a la ciudad en marzo de 1521. Se vio implicado
en la guerra de los campesinos (1524-1526). Tomás Munzer (fundador de la secta
de los anabaptistas) basaba sus demandas en los escritos de Lutero y aunque
éste apoyó muchas de sus aspiraciones políticas, consideró falsos sus
argumentos teológicos. Tomó una postura totalmente contraria a los campesinos.
A pesar de que las peticiones de estos eran de sentido común: derecho a coger leña
de los bosques, abolición de la servidumbre, reducción de los impuestos, cese
de los castigos arbitrarios, etc. Se puso del lado de las autoridades
escribiendo un duro alegato Contra las hordas asesinas y ladronas de
campesinos.
Al prohibírsele asistir a la Dieta de Augsburgo, delegó
la defensa de los reformadores, formulada en la Confesión de Augsburgo (1530),
en su amigo el humanista Felipe Melanchthon (Felipe Schwarzerd). En 1532 se
publicó su traducción del original hebreo del Nuevo Testamento.
Martín Lutero falleció el 18 de febrero de 1546 en
Eisleben.
PENSAMIENTO DE MARTÍN LUTERO
POLÍTICA Y DIOS:
Toda
la teoría política de Lutero está basada en sus principios religiosos. A
diferencia de Maquiavelo que elaboró una teoría política sobre las formas de
gobernar de los príncipes, Lutero no intenta elaborar una teoría política sino
que su pensamiento político tiene un carácter ocasional y marginal. Todo su
preocupación radica en explicar el comportamiento que debe tener un cristiano
en su vida temporal, abarcando cada ámbito en los que ésta vida se desenvuelve:
la familia, el trabajo, la economía, las artes, etc.
Todo su pensamiento político se encuentra en la doctrina
de los dos reinos: el reino de Dios y el reino del mundo. Lutero divide a los
hombres en dos partes: los que pertenecen al primer reino, el reino de Dios, es
decir los cristinos y los que pertenecen al reino del mundo, los no cristianos.
Afirma Lutero que hay que diferenciar ambos reinos pero
que los dos son necesarios, porque no es suficiente el uno sin el otro: el
gobierno espiritual de Cristo es necesario porque sin él nadie puede llegar a
ser justo ante Dios, pero si sólo reina él sobre un país (partiendo de que no
se extiende a todos los hombres, sino sobre los cristianos, que forman, un
número reducido y viven entre los no cristianos) “se suelta el freno a la
maldad y se deja lugar para todas las fechorías porque todos los hombres
comunes no pueden aceptar ni entender este gobierno”; el gobierno secular es
necesario para reprimir la maldad, sin él no sería posible la vida del hombre
en sociedad, pero si sólo rige el gobierno secular o la ley “habrá pura
hipocresía, pues sin el Espíritu Santo en el corazón nadie llega a ser bueno”.
El poder político es una institución querida pos Dios.
Lutero insiste en que en orden político forma parte del orden providencial
querido por Dios para este mundo. Los dos reinos, son dos modelos por los
cuales Dios gobierna a los hombres, están en el mismo plano pues su origen es
divino.
Lutero es el de si un cristiano debe por una parte,
obedecer a la espada y por otra, si debe servirla. En la primera cuestión
afirma que el poder y la espada son un servicio a Dios, porque aunque el
cristiano no necesita la espada se somete a ella por amor al prójimo, porque es
necesaria y útil al mundo. Lutero dice, en la segunda cuestión, que si la
espada es un servicio a Dios, tiene que ser también un servicio a Dios todo lo
que el poder necesite para llevar la espada, así los cristianos pueden ser
verdugos, jueces, alguaciles, siempre que lo hagan para el bien del prójimo y
no en interés suyo. Así para Lutero un príncipe es bueno cuando se despoja en
su corazón de su poder y autoridad y hace suyas las necesidades de sus súbditos
y actúa como si fueran sus propias necesidades.
En resumen no hace falta demostrar la importancia e
influencia que tuvieron las ideas de Lutero, sobre todo en el plano religioso.
Con Lutero la fe religiosa se torna reflexiva. Contra la
fe en la autoridad de la predicación y de la tradición el protestantismo afirma
la dominación de un sujeto que reclama insistentemente la capacidad de atenerse
en sus propias intelecciones. Pero como nos los recuerda Marx en sus escritos
tempranos “si el protestantismo no fue la verdadera solución, si fue el verdadero
planteamiento del problema. Ya no se trataba más de la lucha del seglar con el
cura fuera de él, sino de la lucha con su propio cura interior, con su
naturaleza clerical.
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